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7 de febrero

A 102 años de su natalicio, homenaje a Antonio Esteban Agüero y su familia por Nora y Mario Costamagna

Este jueves se cumple un nuevo aniversario del nacimiento del máximo exponente de la poesía de San Luis. Los historiadores realizan una breve reseña sobre el Poeta y sus predecesores.
jueves 07 de febrero de 2019
A 102 años de su natalicio, homenaje a Antonio Esteban Agüero y su familia por Nora y Mario Costamagna

Este jueves 7 de febrero se celebra un aniversario más del natalicio de Antonio Esteban Agüero, el máximo poeta puntano. Homenajeamos a este leal servidor de la poesía con el trabajo de los historiadores merlinos Nora y Mario Costamagna,  que nos cuentan que esa pasión, ese don de convertir en versos lo mundano, es un legado de sangre.

 

ANTONIO ESTEBAN AGÜERO Y SU FAMILIA, por José Mario Costamagna y Nora Costamagna.

Proveniente de una de las familias establecidas anterior a la fundación del pueblo allá por 1776 pasaron distintas generaciones con gran trascendencia en la zona de Piedra Blanca. 

Francisco Agüero fue el más antiguo de él nació Pio Quinto,  padre a su vez de Soriano, de cuyo primer matrimonio nace Juan.

Del matrimonio de Juan Agüero y Faustina Leyes nacen tres hijos  Antonio Esteban, Juan Fernando y Saturnino. Antonio Esteban es  padre del Poeta, quien lleva exactamente su mismo nombre.

Director de la escuela de Piedra Blanca Abajo, sucediendo a su tía María Gala en 1911.

Durante su gestión como director recibe los mejores elogios del inspector Ventura Aberastain, quien expresa “es digna de aplauso la acción ejercitada por el director en la organización y desenvolvimiento de la escuela que dirige, y que no dudo llegará a nivel muy superior dada la preparación y buenas cualidades docentes”.

Poco tiempo después llega a la escuela afectada como maestra María Teresa Blanch a quien conocía desde mucho antes. En 1916 tras un breve noviazgo contraen enlace y nacen al año siguiente Tonito y un año después Vicente Orlando.

Antonio Esteban Agüero padre muere muy joven y es su esposa María Teresa quien le sucede en el cargo de Directora de la escuela.

Pero el padre del poeta también tenía dotes de escritor, quien cuando su hijo tenia solo dos meses le escribió una poesía cuyos últimos fragmentos dicen así:

"Si eres rico no seas usurero

Si eres pobre se digno y se valiente

Y en todo caso y en cualquier momento

Aventura en tu surco la simiente

 

No te asuste el obstáculo profundo

Ni las selvas ni cerros empinados

Arrójate sin miedo a la contienda

Con la fe y el honor de los soldados

 

Trabaja, estudia, lucha y vencerás

Educa el brazo, el corazón y el alma

Y en la brega por siempre triunfaras

Conquistando la dicha, paz y calma

 

Dignifica la herencia de Argentina

Trabajando, estudiando siendo justo

Procediendo siempre con altura

Sana promesa, rectitud y tino"

 

Siendo adolecente, Agüero, nuestro poeta, se traslada a San Luis para estudiar el magisterio, al igual que sus padres y sus tíos paternos.  Pero como estudiante es todo lo contrario a lo que fue su padre.

El mismo Agüero lo cuenta en sus memorias “Todos me habían calificado desde los primeros días de clase como un pésimo estudiante.  Tenía para ellos los más graves defectos lo que era perfectamente cierto”.

En 1935 regresa a su Merlo natal con el diploma de maestro entre sus manos, ejerciendo brevemente en 1936 en la escuela de Carpintería y luego un corto tiempo en la escuela provincial de Merlo.

Deja todo por la poesía para deambular y escribir. Colabora con periódicos de renombre y también participa en la revista Ideas. Incursiona en el ámbito político y hasta llega a ser Ministro, donde se destaca por la fundación de la escuela de Bellas Artes Nicolás Antonio, la formación de la primera orquesta de cámara, el congreso interprovincial de directores de Cultura entre Cuyo y La Rioja, destinado a promover actividades culturales.

El Prof. Fourcade, en un artículo publicado en el diario La Nación nos dice sobre Agüero: “Por su fidelidad a los principios padecerá la cárcel, por fidelidad a su vocación irrenunciable la pobreza.  En la década del 50 recorre Agüero su mayor experiencia cívica, la de sus enfrentamientos con el poder y del desempeño de altas funciones ministeriales. Aunque vulnerable por la delicadeza de su ser, supo Agüero luchar sin temor por lo que consideró justo, por la libertad por los valores más nobles del espíritu”.

Su obra trascendió y podemos afirmar que es el embajador cultural de nuestro pequeño país. Pero nada más cierto en que fue un profeta cuando se afirma: “Los poetas no mueren, necesitan de su ausencia física para vivir mas próximos al pueblo”.

 

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