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Por José Mario y Nora Lilian Costamagna

La gripe española de 1919 en la Villa de Merlo

Lo que está ocurriendo actualmente con esta pandemia que tiene en vilo a nuestro país y al mundo, puede ser comparado a lo que ocurrió a partir de 1918 con la llamada “gripe española”. La misma se originó en Kansas, Estados Unidos, y soldados de dicho país, en la época de la Primera Guerra Mundial llevaron la enfermedad al viejo continente. La enfermedad toma el nombre de “gripe española” porque dicho país, que era neutral durante la guerra, no censuró la información de lo que estaba sucediendo.
sábado 21 de marzo de 2020
Foto: Alumnos juntos a doña Gala Agüero y a su lado Antonio Agüero (tía abuela y padre del poeta merlino) en la puerta de la Escuela Nacional Nº154 de Piedra Blanca.

Por José Mario Costamagna y Nora Lilian Costamagna.

La gripe española llegó a la Argentina en dos etapas la primera: ingresó por Buenos Aires desde mediados de octubre hasta fines de noviembre de 1918; y la segunda, entrando por el norte, se desarrolló desde abril hasta agosto de 1919, que tuvo un impacto mayor.

La epidemia mostró su faceta más agresiva en las poblaciones de las provincias más desprotegidas, por falta de atención médica como también de los recursos profilácticos, escasas o nulas instituciones donde alojar a los enfermos, fueron el escenario que permitió el avance de la enfermedad.

La epidemia reflejó las falencias del Estado argentino y las carencias de la medicina de la época.

En la Argentina, oficialmente, murieron 14.997 personas a causa de esta enfermedad sin contar los decesos en los territorios nacionales, a nivel mundial se calcula que murieron entre 50 a 100 millones de personas.

Los síntomas que presentaba era fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales. La mayoría de las personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonía bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles. Una gran mayoría se producía su deceso dentro de los cinco días de iniciada la enfermedad.

En la Villa de Merlo, Antonio Esteban Agüero (padre) leía en 1919 los diarios que llegaban de Buenos Aires con noticias alarmantes sobre una epidemia que diezmaba poblaciones enteras en distintos países. Le comentó a su esposa que una de las noticias informaba que el gobierno argentino había tomado medidas de prevención para evitar la propagación en el país, que venía azotando naciones europeas y asiáticas.

Las primeras medidas fueron disponer la cuarentena en la Isla Martin García de los casos sospechosos que llegaban en barco desde Europa. Desde el Ministerio llegaban las circulares pidiendo que se tomasen todas las medidas de higiene y se concientizase al alumnado para ello.

En el mes de junio cuando asistía a la escuela nacional 154 de Piedra Blanca donde era director junto con su esposa, María Teresa, quien se desempeñaba como maestra, manifestó estar un poco resfriado y que le dolía la cabeza.

Ella le pidió volver a la casa, al observar que tenía mucha fiebre pero el respondió que no, que ya estaban muy cerca de la escuela y que debía contestar unas notas para el Concejo de Educación y terminar los libros de dirección.

Al finalizar la jornada se despidió de sus alumnos ya que al día siguiente era feriado, 11 de junio, día de Corpus Cristi. Regresan a su domicilio, ubicado en la entrada de la Villa (casa que perteneciera a sus suegros Blanch Yanzón) María Teresa convoca al Dr Eliseo Mercau, único en la zona, quien le diagnosticó gripe española complicada con una neumonía fulminante.

Al día siguiente también su esposa comienza con fiebre alta, por lo que rápidamente fueron enviados los pequeños hijos Antonio Esteban y Vicente Orlando a casa de sus tías, para evitar el contagio.

El crudo invierno colaboraba en empeorar las cosas, una gran nevada cubrió la Villa de Merlo de blanco.

El 26 de Junio de 1919, se cobró la vida del joven director de la escuela de Piedra Blanca unos días después, el 6 de julio falleció su hermano Saturnino Crisóstomo.

María Teresa tuvo más suerte logró vencer la fiebre y pronto estaba recuperada para poder suceder a su esposo en la Dirección de la Escuela y encargarse de la crianza de sus dos pequeños hijos.

El poeta Agüero hace el relato en sus obras completas sobre este episodio y cuenta que todos los días se escuchaba el repicar de las campanas anunciando los muertos, y que murieron familias enteras.

Esa pandemia que se producía al otro lado del océano Atlántico era un problema que poco importaba al Estado argentino, en un contexto donde eran otras enfermedades las que preocupaban a la sociedad y al gobierno, como la tuberculosis, la viruela, la peste bubónica, la sífilis. Sin embargo, la pandemia acabó por arribar al territorio, tal vez a través de los inmigrantes europeos que llegaban huyendo de la miseria y de la guerra", escribe el profesor Adrián Carbonetti.

Al igual que ahora el Gobierno, a través del Departamento Nacional de Higiene para combatir la enfermedad, especialmente en la ciudad de Buenos Aires decidió evitar reuniones masivas y cortar la cadena de contagios en lugares donde se reunía la población, lamentablemente la gente no acataba en su gran mayoría estas disposiciones y continuaba desarrollando sus actividades normalmente, y así de acuerdo a lo que informaban diarios de la época “Frente a medidas como la prohibición de llevar a cabo reuniones, proliferaron misas y procesiones promovidas por otra institución poderosa en la Argentina: la iglesia.”

Antonio Esteban Agüero, padre del poeta merlino, falleció a causa de la fiebre española. 

Rescatar estos sucesos que impactaron en nuestro país en 1919, tiene el objetivo de que ante este nuevo hecho tomemos consciencia de la necesidad de respetar la cuarentena dispuesta a nivel oficial y tomar las precauciones para salvaguardar nuestra vida y la de todos nuestros semejantes.

 

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