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Historia

Origen del nombre: “La quebrada del molino- Villa Elena”

miércoles 13 de mayo de 2020
Origen del nombre: “La quebrada del molino- Villa Elena”

Villa Elena es un barrio residencial de Cortaderas  que con el tiempo se convirtió en el sitio preferido de los que buscan paz y tranquilidad en un ambiente natural espléndido. Antiguamente se denominaba  Quebrada del Molino, y   estaba poblada por descendientes de Miguel de Arias, que desde el año 1731 era propietario de las tierras que comprenden actualmente Cortaderas y que hasta principios del siglo XX era conocida como “Estancia de las Cortaderas de los Arias”.

            En 1867 aproximadamente, nace Guillermo Devia, hijo de Julián Devia y Bernardina Arias (esta última era tataranieta de don Miguel de Arias), Guillermo tenía su vivienda en el lugar donde se encuentra actualmente el Hotel Villa Elena, además tenía  un puesto de chivos y un molino. En el censo de 1895, Guillermo Devia figura de profesión molinero, de 28 años de edad, contrae matrimonio el 11 de octubre de 1920 con Cándida Rosa Muñoz, siendo los padres de Bernardino Devia.

            La existencia del molino de don Guillermo le da el nombre con el que era conocida inicialmente esta zona,  “La Quebrada del Molino”.     Eran muy pocos los vecinos que la habitaban, no existiendo un camino que la vinculase con el núcleo poblacional  de Cortaderas, solamente un sendero o huella que permitía llegar hasta lo de don Guillermo Devia.

            Quien va a tener mucho que ver en el posterior poblamiento del lugar, es el profesor Francisco De La Mota, quien oriundo de Catamarca donde nace en 1856, se radica con el tiempo en Villa Mercedes, contrayendo matrimonio en 1900 con Manuela Franzini, hija de Miguel  Franzini y Emilia Puccio, teniendo dos hijos María Elena  y Manuel, al nacer este, una hemorragia produce la muerte de Manuela. El fallecimiento de su esposa, conmueve a Francisco, quien buscando un lugar para veranear con sus hijos, llega a esta zona en 1907, hace alto en el almacén de Boiffier y llega finalmente hasta la casa de Guillermo Devia donde se aloja. Entusiasmado por el paisaje y la tranquilidad del lugar decide comprar  tierras a Ruperto Mansilla, descendiente de la familia Arias, y encomienda a Daniel  Quiñónez, la construcción de una vivienda. La obra finaliza el  8 de febrero de 1908 y la denomina en alusión a su hija  María Elena,  como “Villa Elena”, este hecho  sumado al incentivo realizado por Francisco de la Mota a sus familiares para que viniesen a ese hermoso lugar,  y construyan viviendas, daría origen a esta próspera villa.

            En 1910 se construye “La Emilia”, propiedad de Emilia Puccio de Franzini, suegra de Francisco de la Mota,  conocida por sus familiares como “Mamavecha”, unida a la de su hijo Miguel Franzini,  en lo alto, entre “Villa Elena” y la propiedad de Guillermo Devia se construye “La Minga”, posteriormente denominada “La Yuyito” propiedad de Enrique Franzini y de Julia De la Mota de Franzini; luego hace lo propio Alfredo Franzini, un mercedino Ciro Galán construye su vivienda, que luego es adquirida por Julia de la Mota de Franzini, quien se la vende en 1930 a María Corina Ramallo, a su muerte hereda la propiedad su esposo, el profesor Isidro Boduer, quien con el tiempo contrae matrimonio con  Celmira Páez Montero,  quien a su vez al morir  Isidro Boduer se la vende a . Carlos Villegas; también construye su vivienda Hortencia de la Mota de Méndez.

            Desde los primeros tiempos y mientras construyen sus  viviendas, al visitar a don Francisco sus familiares decían vamos a Villa Elena, lo que termina por asentar esta denominación que luego se impone formalmente a toda la zona.

            Ante la inexistencia de caminos, los propietarios de las primeras casitas  financian la construcción del camino entre Cortaderas y Villa Elena durante el año 1932 con un costo total de $ 303,13 en lo que respecta a materiales y mano de obra que son costeados a partes iguales entre Enrique Franzini, Elena y Manuel de la Mota, Hortencia de la Mota, Alfredo Franzini, Miguel Franzini, Mercedes de Ramallo y el General Aníbal Vernengo.

            Polo Godoy Rojo mientras era  director en la Escuela de Balcarce visita este hermoso lugar y en su libro inédito “Conversando con Concarán” expresa su entusiasmo por la zona: “En 1939 nos fuimos con mi esposa Dora a pasar unos días a la Quebrada del Molino, según pobladores, así se llamaba antiguamente a la actual Villa Elena. Tanta belleza que encontré en ella me deslumbró, nunca me pude imaginar que existiera un lugar así, que con sus aguas cristalinas y cantarinas llenaran de bellas tonalidades a mi alma, ello también marcó mi encuentro con la naturaleza. Temprano me adentraba en la Quebrada y no volvía en todo el día, recogía yuyitos y ramitas de los árboles, y luego pedía a los lugareños que me enseñaran los nombres de cada uno de ellos, mi vocabulario tradicionalista se enriqueció notablemente.”

En la década del treinta al cuarenta Enrique Franzini compra  aproximadamente 400 hectáreas desde la Quebrada de Villa Elena hasta casi la actual Ruta Provincial Nº 1, su hijo haría edificar posteriormente una Capilla, donde se encuentran los restos de don Enrique y su esposa Julia.

Francisco De la Mota muere  en Villa Mercedes el 13  de mayo de 1926 y Guillermo Devia  el 9 de agosto de 1939.

En 1958 se coloca una placa conmemorativa a los cincuenta años del surgimiento de “Villa Elena”, en un acto público y una misa celebrada por el Obispo de San Luis Monseñor Emilio Di Pascuo, en esa ocasión María Inés Franzini de Fernández menciona a vecinos del lugar como Guillermo Devia a quien describe como “ criollo de noble estirpe,  amigo fiel y  consecuente que por muchos años veló por la seguridad y conservación de las primeras casitas”, Ruperto Mansilla,  Daniel Quiñónez fue quien construyó la Villa Elena con adobes diestramente fabricados por don Juan Sosa, Domingo Quiñónez , recuerda a los primeros caseros  Néstor Miranda y Agustina Sosa, doña Gala, madre de Gregoria Suárez poseía la habilidad de hacer buenas botijas de barro, mientras María Mansilla que venía siempre acompañada de sus hijas  Trinidad y Arminda se distinguía por la pulcritud de sus planchados. Fueron también rostros familiares la de las sobrinas de Ruperto Mansilla, Rogelia y Socorro, como la familia de Regalada Aguilera, y los hermanos Marini y Arias, y Guillermo Vieyra “cuyo breck que puede verse en muchas fotos, era el vehículo obligado entre Concarán y Villa Elena, hasta que se inició la era del automóvil con un gran Mercedes en que sensacionalmente llegó un año Enrique Franzini”

El Comisionado Municipal  de Cortaderas Carlos Supo en enero de 1972 se dirige a la Asociación de Parques Nacionales destacando: “Villa Elena es la muestra de un esfuerzo privado, donde los vecinos se han radicado construyendo sus pintorescas casas o chalet, para gozar de sus bosques, plantas medicinales de todas clases, variedad de pájaros que alegran el lugar y caminos que se entrelazan con lagos que son verdaderas piletas naturales para que disfrute el turista”

            Y efectivamente Villa Elena se convierte en la zona turística de Cortaderas, y aquí no podemos dejar de mencionar a dos artífices fundamentales para ello, Bernardino Devia  y Victorio Romano Renaudo.

            Bernardino Devia, nace en Cortaderas el 12 de diciembre de 1932, descendiente en séptima generación de Miguel Arias, casado en primeras nupcias con Lucia Gómez con quien tiene 4 hijos: Rosa, Edith, Gladys  y Emilse Devia,  y en segundas nupcias con Graciela Machado, siendo sus hijos María José, Victor Guillermo, Candida Micaela y Agustina Beatriz Devia.

            Bernardino reconstruye la vieja casona de don Guillermo, que funcionaba como pensión y en la década del setenta la transforma en el Hotel Villa Elena, ubicado en un lugar preferencial y atendido por don Bernardino y su familia.

            Victorio Renaudo  nace en Villa Mercedes el 21 de septiembre de 1919, hijo de un matrimonio de inmigrantes, Antonio Renaudo y Magdalena Cordero,  siendo su hija Ana Magdalena Renaudo. En la década del cuarenta visita por primera vez la zona, quedando impactado por el paisaje, y eso lo decide a adquirir una propiedad  a Enrique Franzini, donde Victorio construye  la “Hostería Magdalena”, que atiende hasta su muerte ocurrida el 16 de junio de 2014 a los 94 años de edad, siendo atendida actualmente por sus familiares.

            La acción de Bernardino Devia y Victorio Renaudo contribuyó  a  fomentar la actividad turística y servir de ejemplo a nuevos hoteleros y propietarios de cabañas que han permitido que Villa Elena se convierta en el motor turístico de Cortaderas.

 

Por JOSE MARIO COSTAMAGNA

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