Condenaron al único imputado por el crimen de Paula Toledo: "¿11 años valía la vida de una chica que recién empezaba a vivir?"

Hoy la justicia mendocina, por orden de la Corte y luego de tres debates, despues de 17 años, condenó a 11 años de de prisión efectiva a Marcos Graín, de 36, por el crimen de Paula Toledo, la joven de 19 años que fue torturada, violada y asesinada en una casa abandonada en San Rafael, mendoza.

El tribunal determinó que Graín, su entonces novio, fue quien la entregó a un grupo de amigos, quienes la atacaron en “manada”. Graín fue condenado como partícipe necesario del abuso sexual, pero no del asesinato. 

La sentencia no convenció ni a familiares ni amigos, para ellos no hubo justicia. El femicidio de Paula sigue impune y hubo manifestaciones repudiando el fallo frente a los tribunales. Su mamá Nuri Ribotta, al retirarse, manifestó a los medios mendocinos su disconformidad con la sentencia: "¿11 años valía la vida de una chica que recién empezaba a vivir?".

El caso que se mantenía sin claras definiciones judiciales y que culmina con una controversial decisión ocurrió durante la madrugada del 31 de octubre del 2003 en el barrio sureño El Sosneado. Luego de fallidos juicios, un tribunal compuesto por Néstor Ariel Murcia, Alejandro Celeste y Esteban Vázquez Soaje decidió de manera unánime contra el único imputado que tenía la causa por ser partícipe necesario y penalmente responsable del delito de abuso sexual seguido de muerte en concurso ideal, con acceso carnal agravado por la comisión de dos o más personas.

Al comienzo de la causa, con un juicio que no encontró culpables, el hombre se encontraba prófugo; luego fue capturado en Misiones, pero logró ser absuelto por falta de pruebas en un debate realizado en 2011. Cinco años después, el máximo tribunal dispuso la realización de un nuevo juicio, el cual comenzó a fines de 2020 y finalizó con esta condena.

”Entiendo por lo que ha pasado la familia Toledo estos 17 años, me imagino el dolor que han sentido y sé que todo esto les ha arruinado la vida. A mí familia también le arruinaron la vida y nos la siguen arruinando. Por eso pido que se haga justicia”, fueron las últimas palabras del acusado. Luego de escuchar la condena, Graín rompió en llanto, quedó detenido y fue trasladado al penal departamental para cumplir con una pena que no fue la esperada por la familia de la víctima, que fue mal, ya que la querella había solicitado la prisión perpetua; en tanto, el fiscal que llevó la causa, Pablo Peñasco, exigía 25 años de cárcel.

La investigación determinó que Graín actuó como entregador de su novia, ya que la acompañó hasta el lugar donde fue atacada sexualmente por un grupo de amigos del joven, quienes además la golpearon y quemaron. De hecho, la pesquisa indicó que Graín estuvo presente durante parte de la agresión contra Toledo; se retiró mientras ella intentaba defenderse.

También se comprobó que pocas horas antes todos estuvieron juntos. En este sentido, testigos indicaron quiénes estuvieron en ese lugar; por lo que en el comienzo de la investigación fueron detenidos seis sospechosos, la mayoría menores de 18 años, pero las fallas cometidas durante la instrucción de la causa permitieron que los imputados fueran liberados.

Tiempo después volvieron a ser detenidos, mientras que Graín ya se encontraba prófugo. En tanto, luego del primer juicio en 2006, quienes llegaron a debate quedaron absueltos por el beneficio de la duda.

El cuerpo de Toledo fue encontrado semidesnudo y cubierto con basura en el interior de una acequia. La pesquisa indicó que la joven murió asfixiada luego de ser sometida sexualmente, al tiempo que se hallaron marcas de golpes, heridas cortantes y quemaduras.

Fuente: Diario San Rafael/ La Nación