Aseguran que la zona donde encontraron el cuerpo sin vida de Ochoa ya había sido rastrillado

En las últimas horas, personas que participaron de la búsqueda de Alejandro "Bebo" Ochoa manifestaron públicamente que ese sector en particular, denominado La Cañada, ya había sido rastrillado al menos en dos oportunidades y aseguraron que no notaron nada que llamara la atención.

Precisamente, el cuerpo del productor rural secuestrado el sábado 27 de marzo, fue encontrado dentro de una obra en construcción y yacía debajo de un árbol dentro la misma. Justo frente al predio donde ocurrió el macabro hallazgo, en dirección este y cruzando la calle, hay un quincho, en donde, según indicaron, se encontraron rastros de sangre.

Lugar donde el pasado viernes encontraron el cuerpo sin vida de Ochoa.

Lo que remarcaron algunos partícipes del operativo de búsqueda, que se extendió por seis días, es que el lugar donde se encontró a Ochoa con claros signos de haber sido torturado y finalmente degollado, se ubica relativamente cerca del campo de la familia, donde él vivía y fue visto por última vez, lo cual coincide con la declaración del principal testigo, quien indicó que los secuestradores se lo llevaron en esa dirección, cruzando el monte. 

Durante el tiempo que duró el rastrillaje, la jueza Patricia Besso había ordenado también la inspección en todos los pozos y espejos de agua de la zona.

Iván Coria, abogado de la familia, contó que va a insistir para que se realice la reconstrucción desde el momento en que el testigo dijo que se lo llevaron dos personas encapuchadas y van a solicitar que se haga una revisión en el lugar donde se halló el cadáver.

Agregó que pedirá información para saber si hubo o no movimiento de albañiles desde el sábado hasta que fue encontrado "Bebo" sin vida en ese lugar. 

En distinto sentido, el director de Investigaciones, comisario mayor José Alberto Velázquez, dijo al hablar con El Diario de la República: “Hicimos rastrillaje de toda la zona de Cortaderas, al norte. De ahí coordinamos un punto e hicimos el rastreo con personal de Canes quienes pudieron detectar el cuerpo por medio de los perros. Ese lugar (en referencia al sector donde está la obra en construcción) no había sido rastrillado anteriormente”.

Acá fue donde el testigo aseguró haber visto cómo dos encapuchados secuestraban a "Bebo".

Con el cambio de carátula de la causa a "privación ilegítima de la libertad seguida de muerte” continúa la investigación

La jueza a cargo de la causa, en declaraciones al medio periodístico anteriormente citado, se refirió a los testigos, dos amigos de Alejandro, uno de apellido Chávez y otro de apellido Ferreyra. En base al relato de este último es que Ivanna Ochoa hizo la denuncia. Ferreyra es quien aseguró haber visto cómo dos personas armadas que tenían la cara cubierta con pasamontañas redujeron a Alejandro en el campo y se lo llevaron.

La magistrada no negó o afirmó si esos testimonios guardan coherencia entre sí. “Es materia de investigación”, manifestó. E indicó aquel día que tenía previsto hacer una reconstrucción del hecho, medida que ahora, con el hallazgo del cuerpo, habrá que ver si se ordena y concreta a la brevedad.

La misma respuesta dio Besso al diario cuando se le preguntó sobre el hallazgo de plantas de marihuana en la casa del hombre de 35 años aunque confirmó que se encontraron ejemplares de esa especie. Al querer saber si de eso ha surgido alguna línea investigativa –que pueda guardar relación con algún conflicto o alguna fuente de problema–, dijo que no se descartaba. “Estamos investigando”.

Según la presentación, Ochoa fue subido por los raptores a uno de los dos vehículos en los que andaban, que serían un auto y una camioneta. “La pista de los vehículos, eso que relata el testigo, no ha sido contrastado hasta el momento con ningún indicio. No tenemos cámaras. Igual se revisan los pórticos, va llegando información. Hay mucho material grabado, al igual que hay mucho registro de teléfonos, que se analiza”, refirió, e indicó, en relación al celular de Ochoa, que fue remitido al Departamento de Investigación de Delitos Complejos, que solo han examinado una parte de su contenido, y que esos informes han servido para tomar medidas. “Tenemos las desgrabaciones del teléfono, pero son muchas horas para analizar”, concluyó.

La precaria casa donde vivía Ochoa está a unos 100 metros de donde fue visto por última vez.