El primer mano a mano de Russo

Miguel Ángel Russo sabe que no puede dejar pasar esta oportunidad y que una derrota en este atípico cruce (15 positivos en River y un arquero amateur) dejaría secuelas importantes. Boca no puede derrotar a River en una serie de eliminación directa desde las semifinales de 2004, con Carlos Bianchi como entrenador. En el medio hubo 5 enfrentamientos que quedaron del lado millonario (Semifinales Copa Sudamericana en 2014, octavos de final de Libertadores en 2015, Supercopa Argentina 2017, final de Libertadores 2018 y semifinales de Libertadores en 2019).

Lo antecedentes marcan paridad en los resultados, pero mejorías en Boca de cara al encuentro. Dos empates en el año frente al clásico rival, en condición de local, podrían ser vistos de la manera pero las actuaciones de ambos duelos dejaron buenas sensaciones para el club de La Ribera y entendiendo la situación del rival, es un gran momento para tomar ventaja y festejar.

Esteban Andrada regresó de Guayaquil pero no estará desde el inicio, por lo que Agustín Rossi será el arquero Xeneize del Superclásico (su último cruce con River fue en la final de ida de la Libertadores 2018 en el empate 2-2). La defensa estará compuesta por Carlos Izquierdoz, Lisandro López y Marcos Rojo (que pese a tener pocos minutos en la temporada, se perfila como titular).

En el medio, Nicolás Capaldo y Frank Fabra serán los carrileros, mientras que Cristian Medina y Alan Varela parecen inamovibles. La única duda es el ingreso de Edwin Cardona por Agustína Almendra, lo que rompería el tridente juvenil que a Boca le venía dando buenos frutos. En la ofensiva aparece el ídolo y capitán, Carlos Tévez, acompañando por Cristian Pavón. La otra gran sorpresa es la salida de Sebastián Villa, que parecía una fija en el equipo de Russo.

Nicolás Greco