Las reacciones tras los festejos masivos por el triunfo de la Selección

El triunfo de la Selección Argentina en el Maracaná ante su eterno rival sudamericano trajo alegría en tiempos de pandemia pero también angustia. Millones de personas, en todo el territorio nacional, salieron de sus casas para compañar y festejar la bien merecida victoria del equipo albiceleste. La pasión por el fútbol y la camiseta se antepuso por unas horas. 

En Merlo, como en cientos de ciudades, la celebración fue masiva y se extendió hasta entrada la madrugada del domingo. Minutos después de culminado el partido, los autos teñidos de celeste y blanco, emprendieron la caravana de bocinazos por las arterias de la localidad y, poco a poco, fueron llegando a la plaza Marqués de Sobremonte, donde la marea humana fue creciendo de una manera como pocas veces antes se vio en la villa.

El pogo, los cánticos, los saltos, la bandera en alto, la invocación a D10S, cerraron la grieta política, la de las hinchadas, para fundirse en una sola. Fue una noche de festejo donde no importaron los demás colores, solo los nuestros, los que vemos al mirar el cielo. 

Pecar por efusivos

Como en el Yin y el Yang, todo lo bueno tiene algo de malo y lo malo algo de bueno. Las reacciones a favor y en contra de esta manifestación de felicidad no tardaron en llegar.

Ciertamente hubo familias enteras que no quisieron perderse el festejo y, más dispersos, conscientes de la situación epidemiológica mundial, con sus debidos recaudos, celebraron el gran triunfo argentino. Pero eso no pasó con otros tantos. Quizá, la efusividad y la adrenalina, pudieron más que el distanciamiento.

La noche terminó con vasos y botellas compartidas, abrazos fraternos entre conocidos y desconocidos, con tapabocas corridos, con todo eso que hoy, desde hace más de un año está prohibido a causa del coronavirus. 

Por su parte, las autoridades otra vez alertaron sobre las consecuencias de este relajamiento de parte de la comunidad.

En comunicación con El Corredor Noticias, Natalia Jerez, directora médica del hospital Madre Catalina mostró su preocupación respecto a la celebración de anoche. Mencionó que puede llegar a haber un aumento de contagios de covid-19 a partir de esta reunión multitudinaria y que los síntomas comenzarán a manifestarse pasados los 7 y 10 días.

Hasta este domingo, en Merlo y la costa, se contabilizan 367 casos activos, cuya edad promedio es de 35 años. En cuanto a la ocupación de terapia intensiva, hoy alcanza el 90%, cifras que podrían incrementarse con el correr de los días a raíz de la falta de medidas de cuidado.

"No es momento para descuidarse. Debemos cuidarnos a nosotros y al otro. Espero que este festejo no traiga consecuencias significativas", reflexionó Jerez.