Inseguridad sin frenos en Cortaderas: redujeron a una abuela para robar una casa

Con la sensación de haber llegado “a tiempo” fue que la familia de Andrea Vila llegó desde Buenos Aires a Cortaderas. Allá, en 2010 se concretó el sueño del terreno y, cinco años después, el de habitar su casa, lejos de la inseguridad que, pensaron, habían sorteado. Un inesperado suceso sacudió la vida de esta familia trabajadora. Lo que supusieron habían dejado atrás, les tocó vivir en el lugar menos imaginado.

El jueves pasado, cerca de las 23 horas, mientras ella, su marido y sus hijas estaban en el trabajo, entre tres y cuatro delincuentes encapuchados irrumpieron, redujeron a una de las dos mujeres mayores que habían quedado en la vivienda ubicada en el loteo Loma Colorada y escaparon con dinero, algunas joyas de oro y dos cámaras fotográficas réflex.

Los sujetos -aparentemente todos hombres- ingresaron por una de las ventanas y sorprendieron a la abuela de 78 años, a quien le cubrieron la cara, arrojaron al piso y sometieron por aproximadamente media hora, mientras revolvían toda la casa en busca de objetos de valor y dinero.

Una vez que obtuvieron el botín, los individuos huyeron. Previamente, encerraron en el baño y amenazaron a la mujer para que no saliera. La víctima esperó un tiempo prudencial y logró comunicarse con su familia, que dio aviso a la Policía mientras iba en camino a su hogar.

Andrea, que utilizó sus redes sociales para comunicar lo sucedido, indicó que la otra abuela, de 84 años, en el momento del asalto, se encontraba en otra parte de la casa y, debido a su reducida movilidad y avanzada sordera, no advirtió lo que ocurría y salió ilesa.

Según contó a El Corredor Noticias, realizó la denuncia. La Policía tomó algunas fotos horas posteriores al hecho. La Justicia días después solicitó los videos de las cámaras de seguridad de la zona. Sin embargo, todavía no se pudo dar con los autores.

Tanto la Policía como la familia sospechan que pudo haber existido un trabajo de inteligencia, que los delincuentes hayan estudiado los movimientos de la familia para dar el golpe.

La damnificada, que tiene un comercio gastronómico en Carpintería, explicó que decidió hacer público lo que ocurrió para que la situación llegue a “las autoridades” y sean ellas las que generen las acciones para evitar que la inseguridad crezca y se repitan graves hechos como este.