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50 años

Lo que dejó el Valle del Sol

Las bodas de oro fueron, evidentemente, una edición especial del “Rey de Festivales”. De todos modos, no estuvo exenta de “perlitas” que la gente notó, y otras no tanto.
martes 14 de febrero de 2023
Lo que dejó el Valle del Sol
Estiman que durante los cinco días, por el Balneario Municipal de Villa de Merlo pasaron unas 40.000 personas (Foto: Municipalidad).
Estiman que durante los cinco días, por el Balneario Municipal de Villa de Merlo pasaron unas 40.000 personas (Foto: Municipalidad).

La 50° edición de la Fiesta Nacional Valle del Sol, en líneas generales, fue un éxito.  El in crescendo del público cada una de las noches así lo demostró. El evento estuvo a la altura de las grandes fiestas nacionales no solo por la calidad de artistas, sino por la organización y por la apertura a nuevos géneros musicales sin pasar por alto al principal, el folklore.

La decisión de incorporar el cuarteto y la cumbia, con Banda XXI y Ezequiel Pedraza como exponentes, y al rock con Divididos, pasando por la música de los Auténticos Decadentes, fue, como la misma convocatoria lo mostró, más que acertada.

El predio fue acondicionado para recibir a mayor cantidad de público y preparado para su mejor comodidad. Fueron sectorizados los espacios exclusivos para la gastronomía, los medios de comunicación, feria de artesanías y producciones locales, entre otros. Además de haberse instalado carpas para el uso solo de artistas.

El sonido se merece un párrafo aparte. Si bien, hubo quejas de quienes viven en inmediaciones del Balneario, la calidad fue exquisita. 

Este informe reúne los aspectos positivos y negativos del evento, basándose también en opiniones y comentarios que los propios protagonistas aportaron a ECN: 

 

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Divididos fue la coronación de la 50° Fiesta Nacional valle del Sol.

 

El público y los nuevos géneros: las más de 35.000 personas que disfrutaron del festival son una señal de que los merlinos sintieron al festival como propio. A cada artista, cante cuarteto, folklore o rock lo acompañaron con palmas, baile y coros. Es evidente que la nueva tendencia de incluir en festivales “tradicionales” a géneros nuevos no existe solo afuera sino que Merlo también lo disfruta.

La prensa, con un espacio de trabajo: a diferencia del año pasado, en donde solo había un gazebo inflable para conferencias de prensa, este año hubo una carpa especial para los trabajadores del sector. El agua caliente y fría, catering, mesas y sillas para trabajar  espacio acorde para acomodar cámaras y poder sacar fotos son algunos de los puntos que valen la pena destacar. No así la señal de Wi-Fi, que fue prácticamente nula todas las jornadas.

El nivel del sonido y el escenario: estuvieron a la altura de una celebración tan importante para la Villa de Merlo. Los artistas se sintieron privilegiados de poder trabajar en condiciones tan profesionales, no solo por el espacio que tenían sino porque la calidad de los equipos utilizados hizo que suenen como merecían los músicos.

El espacio para los ballets: pudieron acomodarse tranquilos, prepararse, cambiarse, hacer uso de los camarines como cualquier músico y presentarse en condiciones acordes a los cuadros presentados.

Los espacios de comida: al incorporar patios de food trucks en lo que es la cancha de vóley del balneario, el público podía comer sentado, tranquilo y en un ambiente relajado. Quienes fueron a la cantina lo disfrutaron, y lo más importante es que ese tradicional espacio no se vio afectado por puestos al lado. Los espacios de comidas elaboradas y cerveza artesanal tuvieron su lugar sin “molestar” a la cantina ni al tradicional locro.

Los precios: fuera de lo que la mayoría pensaba, el gasto en comida y bebida tuvo precios promedio (y en algunos casos más barato). La cerveza artesanal, a la que suele criticarse por su elevado costo se mantuvo en un precio igual al de eventos anteriores. No se aprovecharon del cliente.

Búsqueda de Guadalupe Belén Lucero Cialone: que la imagen de la niña desaparecida en San Luis hace más de un año y medio estuviera en pantalla gigante significó un compromiso con la búsqueda. De hecho, la familia de la pequeña, agradeció el gesto expresándose en sus redes sociales.

La organización: a pesar de errores que serán señalados, los 50 años del Valle del Sol tuvieron una forma de disponer de los espacios, acomodar la grilla, respetar al público que demuestran por qué el Rey de Festivales merece seguir siendo fiesta nacional.

 

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El Sol de Oro fue para la "Comunidad de Merlo".

 

La falta de respuesta a los artistas: No solo los casos de Solfear y Sonia Amaya son parte de la lista de “vistos clavados” de la Municipalidad. La artista uruguaya Catherine Vergnes fue anunciada en redes sociales del festival, pero no apareció en la grilla final. En sus redes, la cantante denunció un “desaire tremendo” y la falta de respuesta a los mensajes en la semana previa al show. 

Sobre esta última denuncia, la organización se defendió al asegurar que se había arreglado un caché que se multiplicó considerablemente cuando a último momento se agregaron pedidos extraordinarios por parte de la representación de la artista, como la ampliación de los pasajes aéreos y del hospedaje. 

Los “ecovasos”: Surgieron como una propuesta innovadora para el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, todas las noches se arrojaron papeles al cielo para celebrar, contrarrestando el aporte de los vasos con toda la contaminación que generaron los papelitos, que según indicaron más tarde eran biodegradables. Además, los recipientes se acabaron la última noche y volvieron los clásicos vasos descartables que quedaron en el piso al final del festival.

Las promesas que nunca llegaron: pocos días antes del festival el Intendente prometió que tocaría “La Gran Juntada”, que incluye a Peteco Carabajal, Dúo Coplanacu y Raly Barrionuevo. Fue el mismo quien en declaraciones a los medios, manifestó que “pidieron hasta el mismo hotel para practicar”. Incluso hubo publicaciones donde estuvo anunciado ese show. La noche del jueves nadie dijo nada y Peteco respondió que “no lo hablaron antes”. También, como algo menor, Juan Álvarez Pinto había adelantado una pantalla en la torre de sonido para poder ver mientras se comía en la cantina. Desde la cantina era imposible ver qué ocurría en el escenario.

La prensa “fantasma”: durante las primeras dos noches las personas acreditadas para trabajar no tuvieron mayores complicaciones, las cuales sí se evidenciaron durante la conferencia de Los Auténticos Decadentes. La carpa parecía chica para tanta cantidad de gente que ni disimuló ese día y se fue para la ronda de preguntas de Los Tekis.

La cantidad de gente se redujo mucho la cuarta noche y se multiplicó increíblemente el domingo. El catering asignado a prensa fue rápidamente devorado por personas que no solo nunca estuvieron las cuatro noches anteriores, sino que mostraron desconocimiento en el trabajo periodístico y dejaron la zona cuando se descartó la posibilidad de una conferencia de prensa de Divididos.

Mientras que a algunos medios que trabajaron los cinco días con dedicación plena al festival y cubren día a día la actualidad municipal los amenazaron con no dejarlos pasar si no cubrían todos los artistas, a otros se les permitió ir a comer y bailar sin que gastasen un mega de memoria en el Valle del Sol.

También se lo vio al presidente del Concejo Deliberante, “Leo” Rodríguez ser más un periodista que un funcionario. Los medios de los que es responsable (cuatro) tuvieron, además de personas acreditadas que nunca se las vio en la carpa, un corresponsal de lujo arriba del escenario porque Rodríguez formaba parte de la organización.

El cupo femenino: la Ley 27.539 establece un mínimo de 30% de mujeres solistas y/o agrupaciones musicales mixtas en los eventos que convoquen a más de tres agrupaciones musicales. Esto no se vio reflejado en una grilla mayoritariamente colmada por hombres, solo ocho grupos fueron femeninos o con una cantante o representante mujer, se trató de un 20%. Si de los 40 conjuntos (no incluidos los del prefestival que tuvo paridad), 13 hubieran sido femeninos, el cupo hubiera estado como marca la Ley.

De igual manera es importante señalar que las artistas femeninas pisaron fuerte en el escenario Antonio Esteban Agüero. La “Bruja” Salguero, Alma Carpera, Jessica Benavidez y Carolina Centurión superaron las expectativas y se ganaron un lugar en el corazón del público.

Cambio de grilla: la noche del viernes, que parecía destinada a terminar con Los Tekis tuvo una sorpresa: la incorporación de La Callejera al final de la velada. Además de que la gente mayormente se fue al finalizar el show jujeño, Herencia Gringa y el ballet Quispikay debieron ser reprogramados por falta de tiempo.

¿Mala jugada? Lo cierto es que la reprogramación generó enojo y lamentablemente La Callejera actuó con muy poco público.

La Cooperativa y la política: el gerente de la Cooperativa Telefónica, Adrián Oviedo, utilizó los “homenajes” a distintos referentes para mostrarse en público. Oviedo estaría buscando ser candidato en este 2023 y después de quedar mal parado frente al radicalismo por no mantener su lista por lo débil que era, hoy apuntaría a que su imagen sea conocida para luchar por otro lugar.

Sol de Oro: nadie imaginaba que realmente iba a premiarse algo tan amplio como para que pueda recibirlo el mismo Intendente. Premiar a “toda la comunidad de Merlo” en los 50 años fue tomado hasta como un chiste en el público. Primero porque los pocos interesados de la noche en el tema (cosa que no hubiera ocurrido días anteriores) no caían en que fuera real lo que escuchaban, sino que la idea de que quedará en la Municipalidad instaló el sentido de que Álvarez se entregó a sí mismo el mayor galardón merlino.

 

El bonus

 

Álvarez, Poggi y Guardia se mostraron juntos en una de las noches del festival.

 

La comida de Poggi: en su visita al Valle del Sol, después de sentarse cerca del Intendente y aplaudir algunos artistas, el Diputado fue a comer al fondo del balneario con todo su equipo. De más está decir que una mesa larga, en contexto festival y calor, se consume mucha bebida. No solo tuvo entrada de protocolo, sino que no pagó nada de lo que consumió “por invitación del Intendente”.

El amor en el "mes de los enamorados": cómo todos los años muchísimas parejas aprovecharon el Rey de Festivales para oficializar vínculos o para estar separados y mostrar la separación. El fenómeno no distingue clases sociales.

El operativo de seguridad: para la noche de rock cambió la forma de ingreso. Lo que antes era una superficial revisada de carteras y mochilas para evitar que se ingresen bebidas, el domingo se convirtió en lo común en el mundo del rock. Cacheos y revisiones a fondo al ingreso, robos de celulares durante el show y cacheos a la salida. A pesar de que se denunció “discriminación” al público del rock, lo encontrado en el operativo demostró que era necesario ser más estrictos. Los robos muchas veces son inevitables, aunque no medie violencia.

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