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Entrevista

“No podemos perder el orgullo del sistema universitario que tenemos”

La rectora de la Universidad Nacional de los Comechingones, Agustina Rodríguez Saá, habló sobre la realidad y el impacto del ajuste en la institución merlina.
jueves 18 de abril de 2024
“No podemos perder el orgullo del sistema universitario que tenemos”

Las universidades nacionales movilizarán el próximo martes 23 de abril contra del ajuste que implementa a la educación el Gobierno de Javier Milei y, si bien, la concentración principal será en Buenos Aires, en las últimas horas, las tres casas de altos estudios de la provincia de San Luis acordaron realizar una acción conjunta en la ciudad capital para defender “la educación pública, la ciencia y la tecnología”.

En una entrevista exclusiva, la rectora de la Universidad Nacional de Los Comechingones, Agustina Rodríguez Saá, expuso las dificultades que enfrentan las universidades del país, que deben subsistir con el mismo presupuesto que en 2023 y con una inflación interanual superior al 270%.

“Las universidades nacionales estamos financiadas por presupuesto del Estado Nacional. Por eso somos nacionales, nos creó una ley del Congreso de la Nación y nuestro financiamiento viene del Estado Nacional. Entonces, al prorrogarse la ley, nosotros tenemos el mismo presupuesto en 2024 que en 2023. Es como en una casa donde se siguen ganando los mismos salarios que el año pasado. A nosotros ahora nos llegan aumentos de tarifas, distintos gastos y tenemos el mismo dinero. Eso dificulta muchísimo la tarea”, indicó la rectora.

Rodríguez Saá destacó que esta decisión deja a las instituciones en una situación precaria y subrayó que el impacto de estos recortes se está visibilizando en instituciones como la Universidad de Buenos Aires, donde la falta de recursos llevó a medidas extremas, como la suspensión de actividades en hospitales universitarios y hasta dar clases en condiciones precarias, incluso a oscuras.

 

La realidad en la UNLC

“Ese problema lo tenemos, pero tenemos otro desafío -aclaró la rectora-, que es propio de las universidades jóvenes como la nuestra, y es que todos los años se abren nuevos cursos de alguna carrera. Por ejemplo, es la primera vez que abrimos tercer año en las ingenierías. El año que viene tenemos que abrir cuarto y el próximo quinto. Para eso, necesitamos contratar docentes nuevos. Y tenemos el mismo presupuesto que el año pasado”.

Con fondos estancados, a la institución se le complica cumplir con los compromisos asumidos: “Aunque hemos tomado medidas rápidas, enfrentamos dificultades para cubrir la creciente demanda de personal docente. Estamos implementando un plan de contingencia que incluye reducción de gastos y ajuste en el uso de recursos. Inclusive, hemos tenido que devolver alquileres y tomar medidas de austeridad para hacer frente a esta situación”.

El escenario se agrava aún más por la falta de diálogo con el Ministerio de Educación a fin de buscar soluciones a corto plazo, ya que, de acuerdo a Rodríguez Saá, “ni siquiera se está ejecutando la totalidad del presupuesto” congelado. Al respecto, señaló que el mismo abarca diversas áreas, como para pago de salarios y gastos operativos.

 

Estamos implementando un plan de contingencia que incluye reducción de gastos y ajuste en el uso de recursos. Inclusive, hemos tenido que devolver alquileres y tomar medidas de austeridad para hacer frente a esta situación

 

“Todo eso nos envían mensualmente, que es lo que corresponde según la ley. Pero la misma ley tiene lo que llamamos ‘bajo línea’. O sea, otras partidas presupuestarias que se van trabajando con el Ministerio y que no llegan”, explicó y puntualizó: “En el caso de nuestra universidad, para todas las que tienen menos de 10 años desde que empezaron a funcionar, está el programa PROUN (Programa de Apoyo a Universidades Nuevas). Ese programa es el que nos sirve para los docentes nuevos. Entonces, si ellos -Nación- no ejecutan, si no envían ese dinero, no podemos pagar. Todos los años, en esta época recibíamos este aporte. Este año no sabemos si llega o no”.

 

El segundo edificio, afuera

Agustina Rodríguez Saá, además informó sobre el estado del proyecto de construcción del edificio número 2, el cual estaba en proceso de licitación. El primer llamado a licitación concluyó en diciembre, pero antes de realizar un segundo, el cambio de gobierno resultó en la suspensión temporal del financiamiento para infraestructura universitaria, proveniente de la CAF, un organismo internacional.

 

La construcción del segundo edificio de la UNLC era casi una realidad.

 

Aunque no parece haber intención para reactivar el financiamiento, la rectora manifestó su esperanza de que se encuentre una solución al conflicto. Esta suspensión tuvo sus consecuencias, porque la universidad estaba en proceso de importar equipos importantes de laboratorio para investigaciones y servicios de análisis, como la calidad del agua y alimentos. Su interrupción afectó la capacidad para avanzar en muchos proyectos.

 

Una universidad en crecimiento a pesar de los desafíos financieros

En otro pasaje de la charla, la rectora afirmó que la UNLC cerró el 2023 con una matrícula de más de 1.200 estudiantes (entre los cursos de posgrado, la Escuela de Educación Profesional y las carreras que se dictan) y compartió sus observaciones sobre este crecimiento: “Notamos un aumento en el interés por nuestra universidad, especialmente entre los estudiantes de toda la región”.

Al respecto, atribuyó esta evolución a varios factores, entre ellos el impacto positivo del nuevo edificio y el aumento de la visibilidad de las carreras ofrecidas, que son estratégicas. “Hay otro factor también, que tiene que ver con que hay muchos chicos que en otras situaciones se habrían ido a estudiar afuera y hoy ya no pueden ir ni siquiera a Córdoba o Río Cuarto, que están relativamente cerca”, agregó.

 

La UNLC cerró el año 2023 con más de 1.200 estudiantes.

 

“Tenemos también un crecimiento de estudiantes en carreras que nosotros tenemos altamente virtualizadas. Por ejemplo, en la tecnicatura de gestión de incendios forestales tenemos chicos de toda Argentina, que eso es fantástico”, refirió.

En ese sentido, Agustina Rodríguez Saá, rechazó la idea de cerrar la universidad debido a la baja matrícula en ciertas carreras, fundamentando que el porcentaje de estudiantes, como el caso de Meteorología, coincide con el de las otras dos instituciones donde se dicta esta carrera (UBA y Universidad de La Plata).  

Mientras que enfatizó en la importancia de que el Estado fomente las vocaciones científicas y mencionó que -paradójicamente- el Gobierno ratificó la continuidad de las becas Manuel Belgrano que acompañan las carreras estratégicas que se dictan en la UNLC.

 

La educación pública nacional en el centro del debate

 “Creo que no podemos perder el orgullo del sistema universitario que tenemos porque hasta ahora estamos orgullosos de la educación pública nacional. Nos hemos destacado. La Universidad de Buenos Aires es la mejor universidad de América Latina y acaba de salir la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires como una de las mejores carreras de Derecho del mundo. Entonces, no tenemos que perder ese norte”, manifestó Rodríguez Saá acerca de los logros y reconocimientos internacionales del sistema de educación público argentino.

En esa línea, subrayó que la discusión no debería limitarse al mero financiamiento, sino que refleja un debate sobre el modelo de país y la inversión en educación como un pilar fundamental para el desarrollo. “Si estamos convencidos en que la educación es inversión, ese es el mensaje. Creo que además que hay acuerdo en eso. En general, la ciudadanía está de acuerdo”, afirmó.

 

No podemos perder el orgullo del sistema universitario que tenemos

 

Por otro lado, remarcó que las universidades públicas cumplen un rol esencial en el territorio, abordando temas relevantes para su propia comunidad. “Acá estamos, en este momento trabajando para investigar el riesgo ambiental que implica la crecida de los arroyos. Estamos empezando a investigar temas de meteorología para ver cómo afecta la producción de San Luis, que no la va a investigar otra universidad, no porque no quiera, sino porque no se da abasto”, especificó.

 

Una discusión que atrasa

Sobre las acusaciones de “adoctrinamiento” en las universidades públicas por parte del oficialismo nacional, la rectora de la Universidad Nacional de los Comechingones enfatizó que es una afirmación “injusta” y remarcó que los docentes tienen libertad de expresión. Comparó este argumento con la realidad de las universidades privadas, donde existe un enfoque específico determinado por su orientación confesional o empresarial.

“Me parece que es un debate que atrasa. O en todo caso, tengamos el debate y definamos qué entendemos por adoctrinar. Porque si es emitir opinión, Argentina vivió épocas muy oscuras como para que estemos confundiendo a la opinión pública. En ese sentido, creo que en todas las universidades se manifiestan todas las expresiones”, concluyó.

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