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Relatos

Un corazón bien puntano

Daniel vive en Tilisarao y se dedica a escribir vivencias, recuerdos de su lugar en el mundo y relatos de trenes. Hoy compartimos uno de sus relatos “Mañana vuelve el tren”.
miércoles 12 de agosto de 2020
Un corazón bien puntano

Daniel Velázquez se dedica la actividad privada y si bien nació en Buenos Aires, siente que su corazón late puntanidad.

Sus padres eran de Villa Mercedes y tiene familia y amigos en dicha localidad y además, en La Toma, Naschel, en la capital de la provincia y fundamentalmente en lo que el mismo llama, “el epicentro de su alma”: Tilisarao, donde tiene su casa y se dedica a la fotografía y a escribir vivencias, recuerdos de su lugar en el mundo y relatos de trenes, que son su gran pasión.

MAÑANA  VUELVE  EL  TREN

 Era una noche de verano más, como tantas otras en el pueblo, y la calle Pringles pasaba a convertirse en la calle principal de Tilisarao aún sin serlo, motivos tenía de sobra, es la calle de la plaza, es la calle del Club Sarmiento Juventud Unida, la calle del cine y por sobre todo la calle que desemboca en la estación, estación que, en un par de horas se convertiría en la atracción principal del pueblo por un ratito; a la medianoche pasaría, como todas las medianoches el SIERRAS GRANDES rumbo a Buenos Aires y como esperando ese momento cumbre, el movimiento era incesante, en la plaza, no solo los autos daban la "vuelta al perro" (acaso hay un pasatiempo mejor en un pueblo ?), un montón de chicos jugando, familias tomando fresco, otro tanto tomando un helado y otros más grandecitos dando una, mil vueltas esperando tan solo que la chica dueña de sus sueños le devolviera tan solo un "hola" dicho con una sonrisa, era como la llave del paraíso en sí mismo !!!!..

Siguiendo por la calle, ya en el club Sarmiento, los "muchachos de antes", entre ellos mis tíos, los GONZALEZ, mezclados con los GIORGIS, los AVILA ,los DEMARCHIS...y cuantos otros que mi memoria se niega a traerme, se entregaban al indescifrable hechizo de la baraja y a los secretos de las carcajadas cómplices, justito al lado, en el salón donde funciona el cine, había terminado la película, salía mucha gente, parece que habían dado una de AL PACINO; al salir algunos se preguntaban si habría lugar en lo de RENZO para comer algo, otros prefieren seguir siéndole fiel al querido CACHO PORTELA y refugiarse en esa cuna de la bohemia pueblerina que descansaba en la Confitería SAFARI, mientras que los más jóvenes elegían ir al más moderno y "juvenil" EQUUS, había una cierta energía en el ambiente, se acercaban los carnavales, y se cerraría la calle del Club para hacer un gran baile con una orquesta que vendría de otro lado.

Se iba acercando inexorable la medianoche, los viajantes iban apurando la sobremesa en el Hotel UDINE ...ya es hora...solo hay que cruzar la calle, ya la estación es un enjambre de luces desparramadas a lo largo del andén, gente que viene, gente que va ansiosa, curiosos que solo van a ver el tren, viajeros, sonrisas nerviosas, valijas apiladas, manos sudorosas, el tiempo a punto de estallar !!!, hasta que un niño dio la voz de alerta (solo ellos que no conocen la maldad tienen el don de percibir lo que los adultos ya no podemos hacer) "..ALLA VIENE EL TREN...!!!"... Y si, allá viene, en el horizonte una luz mortecina y lejana cortaba la noche en el campo como un cuchillo...corazones palpitantes, despedidas inminentes, promesas de volver el año que viene, promesas de volver quien sabe cuándo en busca de un destino incierto, abrazos, llantos, alegrías, tristezas...demasiada carga para un tren, no?...hasta que ese enorme monstruo de marrón de 20 coches hace su entrada en la estación, todo tiembla, hasta la tierra se sacude !!!....

El tren va cargándose de todas esas historias hasta que el inoportuno bocinazo anuncia que ya fue suficiente, ya es tiempo de partir, el tren emprende su marcha lentamente como regalándole a algunos la estéril ilusión de alargar la despedida un ratito más...uno, dos bocinazos más que podrían despertar hasta a las montañas y el ruido se hace estremecedor, el machacar de las vías, los gruñidos de la locomotora y los chillidos de la carrocería se van perdiendo lánguidamente en la distancia hasta que de repente el silencio vuelve a reinar, la noche recupera sus sonidos como si nunca hubiera pasado nada, para que al día siguiente toda esta escena se repita nuevamente, porque mañana el tren vuelve a pasar.

Sí, no me creen? mañana el tren vuelve, el tren volverá cada vez que un abuelo o abuela siente en su falda a su nieto y le cuente esto que estoy contando, el tren volverá cada vez que las nubes del atardecer dibujen en el cielo las sonrisas de las hermosas personas que ya no están con nosotros, el tren siempre va a volver en cada nacimiento que accione el milagro de echar a rodar las ruedas de la vida.

Por eso amigos...si se tomaron la molestia de leer este modesto relato, no hagan caso a las fotos que usé para ilustrarlo...MUCHAS VECES...LAS FOTOS MIENTEN....

 

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