Llega la primera Luna Llena del año

Este año 2023 tiene la particularidad de empezar con una Luna Llena en Cáncer y terminar con una Luna Llena en el mismo signo, además que lo mismo sucede con Mercurio retro.

La Luna Llena nos habla de un momento muy emocional. Ilumina lo que hasta ahora no veíamos. Al darse en el signo que rige, se sentirá aún más la emocionalidad. Esa marea turbulenta nos trae información de cómo estamos en lo profundo. Nos vincula al corazón.

Cáncer representa lo familiar, los vínculos más íntimos, el hogar. En la concepción romántica y cultural del concepto “familiar” la connotación es hermosa, refiere a cuidado, contención, amor, unión, etc.

Pero… en lo real, ¿lo “familiar” siempre es lindo y bueno?
¿La experiencia concreta en lo real de lo familiar, se condice con las connotaciones culturales románticas del término? ¿Realmente la familia es cuidado, contención, amor, unión, para nosotros?

Lo familiar también hace referencia a lo conocido, lo heredado, lo dado estructuralmente por el lugar y el entorno donde he crecido y me he desarrollado. También “lo familiar” es muchas veces lo que mantenemos por herencia, porque lo creemos la única manera de funcionar y no lo interrogamos.

Ok, esta Luna Llena en Cáncer nos viene a interrogar, ¿”lo familiar” -tomado conceptualmente en el más abarcativo de los sentidos- me representa? ¿Mi Alma se identifica con mi familia, con sus hábitos, sus estructuras de pensamiento, emoción y acción? ¿Me identifico con lo que me resulta familiar? Si no es así, ¿tengo la sensación que hay algo por conocer que aún no conozco y que es acorde a quién soy? ¿Cuál es mi hogar? ¿Dónde me siento contenid@ en amor, cuidado, unión, etc?

Este cielo nos pide intelectualizar nuestras emociones, para elevarlas. Un inicio desde una nueva comprensión en nosotros. Alcanzar un nuevo lugar en nosotros a nivel emocional. Pero eso no es posible sin antes cortar con esta concepción sobre el pasado, el hogar, lo familiar y la familia.

Somos nuestro hogar. Somos el templo energético donde mora el Alma en su viaje sagrado. Este “traje espacial” cósmico-biológico que nos sirve de sustento en nuestra estadía en este plano de la existencia, es nuestro hogar. Con sus diferentes frecuencias y densidades vibratorias.

Familia no es linaje. Familia es ese grupo de Almas donde uno se sabe verdadero, libre, en paz. Necesitamos alcanzar en nosotros esta nueva comprensión, para obrar la Liberación. Honrar el camino que nos trajo hasta este punto evolutivo, porque fue indispensable para experimentarnos y alcanzar esta nueva Consciencia. Lo integramos como contraste maestro, porque nos ha permitido recordarnos. Pero es tiempo de avanzar.

Y no quieras ahorrártelo. ¡Por supuesto que esa nueva expresión mental en nosotros producirá en la práctica una colisión con el orden establecido! Darnos a nosotros mismos lo que necesitamos, lo que nos hace bien, es un desafío enorme.

Frenar e interrogar la costumbre y ser sinceros con nosotros mismos y con los demás es urgente. ¿Qué nutre mi Alma? ¿Dónde me siento expansivo? ¿Dónde me realizo? ¿Qué me impulsa en el Camino de la Vida a crecer, crear y hacerme mejor? ¿Qué aporta paz a mi Alma?

Enseguida de esta Luna ocurre la conjunción entre el Sol (en Capricornio) y Mercurio (retrogrado en Capricornio). Es el punto medio de la retrogradación de Mercurio, el planeta de los pensamientos y la palabra. La comunicación. Esto propicia nuevos entendimientos. Cobra sentido lo que venimos evaluando internamente. ¿Hay algo más conmovedor (con-moción, con movimiento, que pone en movimiento) que la palabra plena puesta al servicio de la evolución?

El eje entre Capricornio y Cáncer nos lleva del “deber ser” a “ser en Esencia”. Del “quedar bien” a la “fidelidad con nosotros mismos”. A soltar las estructuras viejas que solo nos llevan a la repetición. ¿En serio “te tenés que juntar” el 31 de diciembre con el tío borracho que incomoda a todo el mundo, con la tía criticona, con tu prima competitiva que prioriza las marcas de moda por sobre la profundidad del Ser, con tu vieja para la que no sos suficiente nunca, con tu viejo que se queda mudo y aislado al margen del encuentro, con esos adolescentes que no ven la hora de que sean las doce para brindar y desaparecer? ¿Por qué lo hacés? ¿Por qué “es la familia”? ¿Puede haber un elenco de autómatas más ausentes en tiempo y espacio que ese? ¿Qué celebran? ¿Celebran? Se terminó. En vos, se terminó.

A veces uno está rodeado de personas, y se siente completamente solo. A veces estamos solos y estamos abrazados al Universo. ¿Dónde estás vos?

Esta Luna viene a cuestionar ¿Qué hacés con tu tiempo en el planeta? ¿A qué se lo das? ¿A qué no? ¿Qué te merece? ¿Qué ya no te merece? ¿Qué vas a cuidar y proteger? ¿A qué le vas a dar prioridad? ¿A qué llamo familia ahora? ¿Qué familia voy a formar desde mi? ¿Qué será de ahora en más lo familiar en mi? Los lazos de sangre no te unen. La herencia tampoco.

La tribu es la que vos elijas. Elegí vos esa coral de Almas que te rodeen, con las que te sientas en paz, en unión, en alegría, en amor. ¡Puede ser multiraza! No te circunscribas a las formas humanas. Abrazad@ a tu perro o gato, podés tranquilamente espiar a Dios en vos. Elegí Almas que te impulsen a tu mejor versión. A esas que te llenan de Presencia y sentido. Esa es tu manada. Eso es Nueva Era. Lo otro es vieja era. Es lo que se termina.

Es un cielo ideal para aprovechar este trabajo hacia adentro, en el marco de la retrogradación de Mercurio y Marte. Revisar, integrar lo aprendido en acto, ordenarnos desde un nuevo lugar en nosotros, y aplicar para avanzar.

Júpiter en Aries nos interroga ¿sabemos poner límites? ¿Qué es un límite? ¿Qué función cumple el límite? ¿Qué circunscribe el límite? Este será un año para poner límites. Tener en claro hasta donde sí y hasta donde no. Aprender a señalarle al otro cuando excede nuestros límites. Limitar es fundar nuestro espacio. Lo propio.

Claro, eso puede traer muchas rispideces con el entorno. Puede que no lo entiendan y que quieran entrar en conflicto. Pero el marcar límites es saludable y será clave. No llenarnos de obligaciones con las que no estemos de acuerdo, por “quedar bien” con el otro. No. Se terminó. Estoy donde me siento cómodo, expansivo. Estoy donde quiero estar.

Esta Luna puede traer emociones encontradas y mucha susceptibilidad. Mostrará y dejará en claro cuáles son nuestras necesidades urgentes a nivel emocional.

Donde en tu interior se desate una lucha o puja entre el “querer” y el “deber”, no es. El afuera te va a poner el escenario propicio, pero el trabajo es hacia adentro. Es de vos con vos. La respuesta que des a eso que se presente, es la Nueva Era en vos.

Si no querés que algo se repita, sé contundente con el límite.
Lo que te haga perder el tiempo, afuera.
Lo que no nutra tu Alma, afuera.
Lo que no te aporta paz, afuera.
Pero ojo, no es un “¡afuera!” en sentido pasional. Es un “afuera” en sentido físico. Que no se circunscriba en tu realidad. Afuera de tu tiempo-espacio. Afuera de tu percepción. Si no suma, drena energía.

Pensalo así: soltar un lazo que para el otro es incuestionable, no solo te Libera, sino que le propone al otro flor de trabajo evolutivo. ¡Aunque patalee! Tendrá que vérselas con su propia revisión interior. ¿Por qué te condenás al sufrimiento y le ahorrás al otro su Recorrido? Soltá y expándanse ambos. Lo que no va, no va.

Es tiempo de saber elegir las batallas que queremos encarar y la lupa está directamente puesta en nuestros vínculos. Empezando con el intimísimo que fundamos de nosotros con nosotros.

Esta Luna Llena es la oportunidad para convertir nuestras debilidades en fortaleza y no ceder a las imposiciones familiares, culturales y sociales.

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