Abel brilló en Potrero de los Funes
El lago y las sierras, paisaje habitual en Potrero de los Funes, tuvieron la compañía de la luna llena y configuraron un escenario perfecto para que Abel Pintos paseara su aura de ser de luz. En boxes, ante una multitud que coreó todas las canciones -de la primera a la última-, el músico popular más exitoso de la década celebró su regreso a la provincia.
Con “Tu voz” y su habitual ritmo reggae, el artista comenzó un show que duró dos horas y que recibió en todo momento el beneplácito, traducido en aplausos y admiración, del público. Así como el cariño entre Abel y la gente es recíproco, también lo es la entrega que ambos ofrecen en el espectáculo.
Hermano bueno bíblico, ángel de la eternidad, apóstol de los espíritus que todavía se enamoran, Pintos es, además de un cantante completo, una máquina gestual que señala al cielo, abre los brazos, cruza las piernas y mueve las manos sin freno. Pero el movimiento más conmovedor es cuando al final de las canciones se pone la mano derecha debajo de la barbilla, recuesta sobre ella su cabeza, esboza una leve sonrisa emocionada, deja que en sus ojos nazcan algunas lágrimas y se baña con los aplausos. Ese momento puede durar unos 10 segundos en los que el cantante deja que sus sentimientos afloren.
También lo hace durante la actuación, por supuesto. Pintos es tan buen intérprete que logró apropiarse canciones de compositores tan disímiles como Víctor Heredia (“Bailando con tu sombra”) y Gustavo Cerati (“Cactus”) e incorporarlas a su repertorio sin que se note el quiebre.
La inteligente disposición del repertorio en San Luis hizo que en la primera parte del show se acumularan las baladas románticas y más sentimentales, entre las que se destacaron la formidable “Corazón hambriento”, “Cómo te extraño” y “Aquí te espero”; para iniciar una segunda parte -marcada por la presencia de un acordeón- en que se sucedieron los temas más movidos.
Gracias a la dirección musical de Marcelo Predacino, quien acompaña al solista hace años, Abel se animó a la bachata y a la cumbia, y demostró de modo definitivo su crisol de ritmos con “Revolución”, la canción del disco que grabó en La Casa de la Música en Villa Mercedes en 2010 y al que presentó como un tema “para la vieja escuela”.
Como era de esperar, hacia el final del concierto sobrevino otra caravana de hits, aunque tocados en plan acústico, con solo piano o solo guitarra, y la sucesión de “La llave”, “Motivos” y “De solo vivir”, pequeño muestrario de la estatura compositiva de un artista que tiene el gran mérito de conocer y cambiar los estados de ánimos de sus seguidores.
La presentación de Pintos en San Luis fue el número central de un festival llamado “Para la familia”, que contó desde la tarde del sábado con una grilla de artistas locales que incluyó a Miryam Soledad Alvarez, Los fulanos y Luis Soloa.
