La Virgen de Fátima en Merlo: Un fenómeno extraordinario

Los párrocos de la villa serrana, Rogelio Safigueroa y Federico Kunz calificaron al cambio de color en su manto y a las lágrimas descubiertas en el rostro de la figura emplazada en el barrio de Piedra Blanca Arriba, como “un fenómeno extraordinario”.

“Estos signos trascienden la comprensión humana y desafían las explicaciones científicas convencionales. Aunque algunos podrían buscar razones lógicas detrás de estos fenómenos, no podemos ignorar el asombro que despiertan en quienes se acercan a pedirle a María por sus intenciones personales”, manifestaron a El Corredor Noticias los sacerdotes sobre estos acontecimientos producidos en la imagen emplazada en un oratorio a cielo abierto.

En tal sentido, los Padres afirmaron que desde que la escultura llegó a la villa, le fueron atribuidas muchas manifestaciones similares a las que se conocieron en las últimas horas.

“Desde 1996, la idea de traer una imagen de la Virgen de Fátima desde Portugal y bendecirla en presencia de Sor Lucía (una de los tres pastorcitos de Fátima) comenzó a tomar forma. A lo largo de los años, con la colaboración de distintos artífices como Monseñor Roque Puyelli y el Padre David Picca, esta idea se convirtió en una realidad palpable. El 8 de abril de 1999, la imagen finalmente llegó a Merlo, después de peregrinar por numerosos pueblos, capillas y hogares. Por donación de la Municipalidad, fue colocada en su ubicación actual. Desde entonces, numerosos transeúntes han visitado y saludado a la Virgen cada vez que pasan frente a ella”, relataron.

“La presencia de la Virgen comenzó a cobrar notoriedad y empezaron a suceder fenómenos inexplicables desde una perspectiva natural. La Virgen de Fátima en Merlo se ha convertido en un faro espiritual para muchos, un lugar donde lo divino se manifiesta en lo cotidiano. Quizás nunca llegaremos a entender completamente estos misterios, pero su presencia sigue inspirando fe y esperanza en quienes buscan consuelo y protección", manifestaron los Padres Safigueroa y Kunz.