Los me gusta de mis amigos

Ningún candidato es ajeno a las nuevas formas de hacer campaña. Todos se enfocan en compartir su trabajo a través de internet y sus plataformas personales. Por la realidad de Merlo, los postulantes eligen usar Facebook, que es la red social que más utiliza el electorado.

Existe un problema que casi nadie quiere reconocer: internet no es un medio de comunicación en si, una cuenta personal de facebook no es de largo alcance y la disposición del algoritmo hace que las ideas solo le lleguen a los que piensan similar al emisor.

Esto es lo que varios autores llaman el “sesgo de confirmación”. Uno ve lo que quiere ver, y confirma que lo que piensa está bien. Como una publicación tiene 100 comentarios se la da como válida, pero sin observar que son todos de personas con las que se comparte pensamiento o cuentas falsas.

Puede suceder que aparezcan publicaciones de los opositores, pero los comentarios que primero se muestran son los parecidos al pensamiento de cada uno. De todos modos, no son las publicaciones más a favor del otro las que se nos muestran, sino en las que se puede “polemizar”.

En este contexto, la posibilidad de tener una verdadera lectura de la realidad es difícil. Guiarse por lo que se ve en redes no es un parámetro, porque uno nunca sabrá exactamente lo que piensa la mayoría de gente, sino que creerá que “todo el mundo” lo apoya.

Además, el otro problema existente es que hay una gran cantidad de personas que no vuelcan sus opiniones políticas en redes ni con un “me gusta”, sino que solo lo hacen en las urnas o en el diálogo persona a persona.

Los medios de comunicación digitales parecen ser, al menos por ahora, el único espacio en el que un tema se hace “público” o se pone en agenda. Encuestas de ambos lados de "la grieta" mostraron que en San Luis tan solo 1 de cada 10 personas sigue consumiendo medios tradicionales (radio, tv, diario impreso), mientras que el resto lo hace "por redes".

Los diarios digitales son, probablemente, la única institución leída por oficialistas, opositores y gente que está por fuera de la política. Aunque no debiera suceder, las cuentas institucionales de los municipios están también marcadas por el perfil político de la gestión y no tienen credibilidad ante los opositores.

La única solución para conocer qué piensa la gente es salir a la calle, hablar con los vecinos y dejar de ver la productividad de una publicación propia porque, generalmente, son likes propios y no de "la gente" a la que se dice representar.